Pienso mutilarme las alas,
cansar en exceso los pies,
prohibir las noticias malas,
y dormir antes de las diez.
Pienso dejar de respirar,
y no percibir tu aroma,
quisiera poderte olvidar,
y volar como una paloma.
Pero la soledad me acompaña,
me tiene atado de manos,
de la noche a la mañana,
necesito de tus brazos.
Pienso en buscarte nuevamente,
sin importar el mar de balas,
aunque irremediablemente,
ya me haya mutilado las alas.
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