Ojalá que la noche para ti no sea eterna,
que las heridas de un amor ya no te duelan,
que no se pierda tu voz en la caverna,
donde aves de rapiña matan y vuelan.
Ojalá que tu costumbre sea pasajera,
que no llores sangre cuando no vale la pena,
que tu buena suerte no solo sea en primavera,
y olvides mi recuerdo que envenena.
Ojalá perdones al que te cause heridas,
que seas feliz como tú te lo mereces
y que no recuerdes que alguna vez nuestras vidas
se hicieron una, cuando a otro beses.
Ojalá me olvides, enterrado en el olvido,
que no sea de malas que hoy, cuando te pierdo.
Te olvides de olvidarme, porque te ha dolido,
saber que yo, a la tumba, me llevo tu recuerdo.
Ojalá que no te arrepientas demasiado tarde,
y te des cuenta que yo ya no estoy aquí,
y quedarte callada, pensándote cobarde,
pero ojalá te amen como yo te amo a ti.

No hay comentarios:
Publicar un comentario