Entre tú y yo hay una larga distancia,
Y la soledad es su unidad de medida,
Nuestro llanto resulta la ganancia,
Del nacimiento de una nueva herida.
Cada quien tiene su propio batallón,
Los míos son un montón de perdedores,
Que no pudieron resguardar mi corazón,
Ante tus silencios ensordecedores.
Los tuyos están muy bien entrenados,
Para que nadie pueda conquistarte,
Pero la costumbre nos tiene condenados,
Y la bocanada de vida sería olvidarte.
Entre tú y yo hay un infinito y triste amor,
Que se baña de lágrimas derramadas,
Por tu mirada que está llena de dolor,
Por mi mirada que está llena de nada.
